En Bilbao, no solo rugen los leones

Secretos de Bilbao 24.11.15


A pocos les sorprenderá ya el hecho de que a los jugadores del Athletic de Bilbao se les conozca como leones y no es solo porque siempre se hayan caracterizado por luchar con mucha garra y con mucha furia en el campo. Esta es solo una pequeña parte de su historia. 

Una historia que comienza con San Mamés, un mártir turco muy querido en Bilbao, al que la ciudad dedicó el asilo y la ermita situados cerca de los terrenos donde, en 1913, se construyó el campo de fútbol que también recibiría su nombre.

Cuenta la leyenda que desde que era tan solo un adolescente, San Mamés fue torturado junto a toda su familia en numerosas ocasiones. La última, fue apresado por los romanos quienes lo llevaron al centro del circo para que fuera devorado por los leones. Lo que ocurrió fue sorprendente. En vez de ser engullido por las fieras, consiguió amansarlas hasta quedar postradas a sus pies. No os esperéis un final feliz, porque no lo hubo. Este gesto enfadó aún más al gobernador quien ordenó que le mataran con un tridente.

Así fue como los jugadores del Athletic de Bilbao comenzaron a recibir el nombre de leones, por la defensa que hacen de su campo, usando el símil del santo. Y vaya si rugen… pero no son los únicos.

DIMENSIONES DE INFARTO

No muy lejos del estadio de San Mamés, en la ribera de Botica Vieja del barrio de Deusto,  destaca un edificio que está coronado por otro felino de dimensiones de infarto con sus 9 metros de longitud. En esta ocasión no es un león sino “el Tigre” y  convierte a esta construcción en una de las más emblemáticas de la villa.

La espectacular escultura data de 1943 y fue realizada por el arquitecto Joaquín de Lucarini. Por aquel entonces el edificio albergaba la fábrica, oficinas y el local de la empresa de correas de transmisión “el Tigre” y su propietario encargó la obra para demostrar que la fuerza y resistencia de sus correas.  Su gran envergadura debió resultar todo un reto constructivo para la época. Al parecer, el Tigre fue esculpido en el sótano y se subió al tejado de una sola pieza.  Así nos las gastamos en Bilbao.

Y decía que en Bilbao no solo rugen los leones...Todavía hay quien mantiene que el dueño de “el Tigre”  tuvo algún problema con la burguesía local de aquel entonces y como método de venganza decidió coronar su fábrica con una fiera que ruge día y noche.

¡Y menuda fiera!




Edificio El Tigre

                                     

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